* El nombre Turquesa
Deriva
del de “Piedra Turca”, alusivo a los mercaderes turcos, primeros en
introducirla en Europa, desde el actual Irán, a través de la ruta de la
Seda.
La turquesa es un mineral de un
inigualable color azul, que el cobre le proporciona, formado por
soluciones fosfatadas sobre rocas muy ricas en aluminio (el 35,03%) de
la composición de su fórmula quimica: CuAl6(PO4)4(OH)8•5H2O. Cristaliza
en el sistema triclínico, pero raramente forma cristales simples y,
aunque escaso, la forma más corriente de presentarse es en pequeños
nódulos o masas concrecionales o estalactíticas. Relativamente blando
(5-6 puntos en la escala de Mohs), a menos dureza adquiere mayor
porosidad y menor densidad.(Entre 2,9 y 2,3).
La
Turquesa es apreciada como piedra preciosa y ornamental, por su
espectacular color. Este azul, más oscuro que el azul del cielo, es tan
característico, que ha recibido el nombre de la piedra, aunque, en la
realidad, el de la turquesa sea variable: desde blanco hasta azul
verdoso o amarillento, según las impurezas de hierro o deshidratación
que contenga. Su raya es también azul, más clara y posee un brillo
vítreo, algo mate.
Definitivamente es el color el
factor determinante del valor de una turquesa aunque, curiosamente,
también hoy, según los países y culturas, se aprecia de distinta forma.
En
occidente, es generalmente el color azul oscuro y cuanto más uniforme,
el que más se valora. En la India, en cambio, es el azul verdoso el más
apreciado y, en el Sudeste de Estados Unidos, la vetada, en red marrón o
negra, herencia de la roca madre.
Si la
valoración del color no es unívoca, en cambio si lo es en cuanto a
dureza, densidad y porosidad se refiere, en calidad decreciente a medida
del aumento de éstos dos últimos elementos. También son variables
determinantes, además del tamaño y brillo, la simetría y calidad del
trabajo, cuando se trata de piezas calibradas o ajustadas a diseños
concretos.
* La popularidad de la Turquesa
No
ha decrecido en el tiempo. Más bien se demanda más cada día, por lo que
es objeto de muchas imitaciones, algunas difíciles de detectar. También
de numerosos tratamientos, no siempre aceptables.
Teniendo
en cuenta que cualquier piedra es más valiosa cuanto menos tratada,
sólo puede recomendarse la aplicación de cera o aceite. Siendo la piedra
de calidad absorberá poca de estas dos sustancias que permiten mejorar
la coloración y preservarla de su fragilidad inherente. Esta fragilidad
recomienda, siempre, algunos cuidados básicos:
Sensible
a la luz y a los solventes, la exposición prolongada al sol puede
deshidratarla o blanquearla. Cosméticos, perfumes, bronceadores, lacas,
etc. deben utilizarse antes de ponerse cualquier joya de Turquesa y,
después de su uso, es recomendable limpiarla con un paño suave, al igual
que guardarla aisladamente de otras joyas que puedan rayarla.
* Yacimientos
Es
el actual Irán (antigua Persia) quien, desde al menos 2000 años AdC,
ostenta el privilegio de contar con las minas de las más bellas y
apreciadas Turquesas. Su explotación sigue siendo artesanal lo que
también le proporciona un valor añadido. La costa Sudoeste de la
Península del Sinaí es, para los oriundos, "El país de las Turquesas"
Otros yacimientos relevantes se encuentran en la China, Afganistán,
Turquestán, Australia y Chile. Sin olvidar en Estados Unidos: Colorado
Arizona, Nuevo Mexico, California y Nevada. En España hay pequeños
yacimientos en las provincias de Cáceres, Cordoba, Almería y Jaén.
* Historia y tradición
Es
en la antigua Persia y en Egipto donde la turquesa ha sido valorada
como joya y como amuleto desde tiempo inmemoriales. De ahí hemos
heredado piezas de reconocida belleza, como el pectoral encontrado sobre
la momia de Tutankamon, o lo que es más importante, la constatación de
que el “escarabajo sagrado” se elaboraba con este mineral.
Los
aztecas, por su parte, la llamaba “piedra de los dioses” y la emplearon
y como amuleto contra el mal, en máscaras y cuchillo ceremoniales.
En
China, se populariza desde la dinastía Shang y más posteriormente se
introduce en India, Europa (ya en el siglo XIV) y en Japón en el siglo
XVIII.
Con independencia a la época de su
valoración como piedra preciosa, una creencia compartida por las
antiguas civilizaciones es que protegía de fuerzas malignas y cambiaba
de color de acuerdo al estado de salud de su dueño.
Los
árabes la denominaban "piedra de la suerte", lo turcos “Talismán del
jinete”(se colocaba en la brida para evitar caídas) y se dice que
Cristóbal Colón y Vasco da Gama llevaban siempre consigo una piedra de
turquesa. Todavía hoy, en Asia, es frecuente proteger a los elefantes
adornándoles con turquesas.
No es extraño que,
como resultado, aporte equilibrio emocional y ayude al crecimiento
personal, lo que es altamente recomendable para personas emotivas,
ansiosas o estresadas.
En la vertiente física y,
de acuerdo con la tradición, se dice depura y protege las células, lo
que favorece la regeneración de los tejidos, ligamentos y tendones,
protege el sistema respiratorio y ayuda en la recuperación de la
anorexia.
Por las mismas propiedades, se dice que
protege de la polución ambiental, la contaminación química de los
alimentos y, como consecuencia, también de venenos.
* Mineral : del grupo VII (fosfatos), según la clasificación de Strunz
* Color : azul verdoso, también llamado como color "tximbo"[cita requerida].
* Su fórmula es: CuAl6(PO4)4(OH)8·4H2O.
* Categoría : Mineral
* Raya : blanca
* Lustre Céreo
* Transparencia Opaco a subtranslúcidao Sistema cristalino Triclínico
* Hábito cristalino Prismas cortos, usualmente masivo, de grano fino,venas.
* Dureza 5-6
* Densidad :2,7 g/cm3
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